Décadas de servicio y amor por lo bien hecho
En 1984, José María Solano llegó a Sotogrande a petición de Federico Arroyo, entonces Director Financiero de Puerto de Sotogrande, S.A. Su misión: poner en marcha, y mantener activo durante todo el año —no solo en verano— el Club de Playa El Octógono.En octubre de 1987, regresó a Sotogrande con una nueva idea: abrir el Restaurante Midas en el recién inaugurado Puerto Deportivo. Así, en marzo de 1988, abría sus puertas el que se convertiría en el mítico Midas de Sotogrande, que este año celebra ya su 37º aniversario.
Junto a su hermano y socio inseparable, Luis Solano, comenzaron una travesía empresarial que aún hoy, más de tres décadas después, sigue dejando huella y alegrías en miles de personas que viven o veranean en Sotogrande.
Pero no se conformaron con el éxito de Midas —su restaurante y su recordado bar de copas y música, pionero en fusionar cena y fiesta en un mismo espacio—. Pronto comenzaron a abrir otros espacios de ocio que marcarían la vida social de la zona.
Empezaron con un chiringuito en la playa de Torreguadiaro, junto a las escaleras de acceso desde el puerto, donde estuvieron dos años. Luego, por solicitud de la dirección de Sotogrande, se trasladaron a la playa homónima, donde permanecieron ocho veranos. Allí, por ejemplo, se celebró con gran éxito el Campeonato del Mundo de Hobby Cat. Sin embargo, de forma repentina y sin previo aviso, el Ayuntamiento cedió la gestión de ese chiringuito a Sotogrande S.A.
En paralelo, en 1991, abrieron una sucursal de Midas en la estación de esquí de Sierra Nevada. Con el mismo nombre y una carta adaptada al entorno de montaña, este restaurante les permitió cubrir la temporada baja de Sotogrande con la alta de Sierra Nevada hasta el año 2015.
Mientras seguían operando el local del Puerto Deportivo, asumieron la dirección del restaurante del Club de Playa “El Cucurucho” durante los veranos de 1994 y 1995. Desde allí continuaron impulsando la noche de Sotogrande. Primero con una discoteca en el propio Cucurucho, luego con “La Khama”, una terraza de verano en Paniagua. Esta última, sin embargo, tuvo que cerrar tras denuncias por ruido.
Fue entonces cuando propusieron a Sotogrande S.A. la creación de una discoteca que no molestara a los vecinos. Así nació “La Iguana”, un espacio añorado por muchos, que contaba además con el restaurante italiano “La Palmera” y un tablao flamenco en su patio. A pesar de todos estos proyectos, Midas se mantuvo siempre como el punto de encuentro por excelencia, con su restaurante, copas y buena música.
Durante tres años también gestionaron “Pototos”, una heladería artesana con su propia terraza, pensada para los más jóvenes y niños.
Entre marzo de 1998 y septiembre de 2001 volvieron a dirigir el Club de Playa El Octógono, una experiencia que retomaron desde junio de 2004 hasta finales de 2009. Fue en este periodo cuando decidieron abrir un Midas en Sevilla, donde estuvieron presentes durante dos años.
En el año 2000, junto a otros socios, abrieron el restaurante “Zaldía”, con una propuesta gastronómica más elaborada, que se mantuvo hasta 2005. Ese año, tras 18 años en su ubicación original, se vieron forzados a trasladar Midas a este local, ya bajo la propiedad exclusiva de los hermanos Solano, debido a la negativa del propietario anterior a renovar el alquiler o vender el local a un precio razonable.
El nombre “Zaldía” se mantuvo en la zona de copas y cócteles, inaugurada en 2010 como “lounge bar”. En la misma esquina, ofrecieron a lo largo del tiempo distintas propuestas complementarias: una tienda delicatessen, una tabernita de tapas, una heladería y una pizzería.
Ese mismo año 2005 también inauguraron “Midasound”, un local nocturno en Pueblo Nuevo donde, además de copas y baile, ofrecían música en vivo: rock, jazz, blues, flamenco e incluso monólogos del “Club de la Comedia”. Este espacio cerró en 2011.
